Mesalina Tomo 5 - El palacio de los tormentos

Ciega de ira y al borde de la histeria, Mesalina hace asesinar a Tulio, el decano del Senado, que exigió el exilio para ella y la muerte para Silio. Claudio, que se había convertido en un gran estratega, reconocido por Roma como un emperador benévolo, brillante constructor y excelente administrador, superó sus debilidades y abandonó el vino. Habiendo sobrevivido al envenenamiento, no morirá en la batalla en la que se cubrirá de gloria, y esto apena a Mesalina. Pero sus legiones están lejos de Roma y el golpe vale la tentación de legitimar a su hijo Británico como el único pretendiente al trono.
Para recuperar las riendas del poder y hacer olvidar a esa perra de Agripina y a su hijo Nerón el usurpador que han sido puestos bajo la protección del general Palas en Ostia, la joven coloca a su amante Silio al frente de la guardia pretoriana y de la legión consular en lugar del difunto tribuno Máximo, y a muchos de sus aristócratas a los que supo seducir y corromper para llevarlos a la toma del poder. Frente a un Senado ahora títere, ¡incluso se atreve a elevar a Silio al título de Emperador!
Pero los plebeyos, cansados de las intrigas palaciegas, no siguen el movimiento, y el Senado, escandalizado y asustado por el golpe de Estado, olvida los lujuriosos recuerdos que Mesalina le ha dejado para llamar urgentemente a Claudio a Roma.