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Pakitu (153 núms) 1923-1926

Posted By: Coda
Pakitu (153 núms) 1923-1926

Pakitu (153 núms) 1923-1926
Revista, Barcelona, 1923-1926 | Spanish | CBR | 153 núm. | 1.46 GB Total

Debido a que el semanario Papitu había incrementado, a juicio de las autoridades, su carga erótica, el gobernador civil de Barcelona suspendió, a finales de septiembre de 1923, la edición de la publicación (el último número que aún pudo aparecer fue el 758, del 26-09-192). La sanción era indefinida y tenía lugar en el contexto de la recién proclamada dictadura del general Miguel Primo de Rivera, lo cual no daba seguridad alguna de que pudieran prosperar los recursos jurídicos que considerase oportuno interponer la empresa editora, que era la de los Tallers Gràfics Costa (calle Comte de l’Assalt nº 45 Barcelona). Por ello, el propietario y editor de la publicación, Félix Costa, optó por recurrir a un procedimiento que entonces era muy habitual en la prensa de humor y que él ya había llevado a cabo con los semanarios La Figa, La Piga y La Pepa: publicar el semanario con otro título. La estructura tipográfica, en la que se realizaban unos mínimos cambios, era básicamente la misma. Así pues, Pakitu (una sola letra lo distinguía de Papitu) salió a la calle el día 3 de octubre, una semana después de la sanción a su antecesor. Y a parte de unos ligeros cambios en los títulos de algunas secciones, todo se mantuvo igual que antes, como si Pakitu fuera un plagio de Papitu, y no había peligro de interposición de una demanda legal en tal sentido, pues los imitados eran los propios imitadores.

Pakitu, no obstante, manifestaba nacer con el propósito de distanciarse de su hermano mayor, pues en su primer número declaraba: "El PAPITU, el nostre estimat germà, donat el seu mal cap, ha tingut que tocar el dos de Barcelona. Ja l’hi dèiem nosaltres: «Noi, tu acabaràs malament!». Però ell ens feia el mateix cas que els pardals de la Rambla de les malediccions dels transeünts. Mentre l'hereu sigui fora, s'encarregarà de divertir la parròquia en PAKITU, el seu germà petit. Però en PAKITU, si bé és alegre com un bateig, és moral com un reparto de premios; i no esperin que els hi surti amb verdositats, car li fan tres coses. En PAKITU vol fer riure sense faltar a la criança. Vol que del seu bon humor en gaudeixi tothom sense tenir que fer-ho d'amagatotis. Si l'esgarriat PAPITU, mentrestant, posa seny, tornarà i serà rebut com un hijo prodigio. Si no té esmena, aquí queda el PAKITU, servidor de vostès". (“PAPITU, nuestro querido hermano, por culpa de su mala cabeza, ha tenido que largarse de Barcelona. Ya le decíamos nosotros: «¡Chico, acabarás mal!». Pero él nos hacía el mismo caso que las palomas de la Rambla de las maldiciones de los transeúntes. Mientras el heredero siga lejos, se encargará de divertir al personal PAKITU, su hermano menor. Pero PAKITU, aunque alegre como un bautizo, es moral como un reparto de premios; y no esperen que les salga con verdeces, pues tres cosas le hacen. PAKITU quiere hacer reír sin faltar a su crianza. Quiere que de su buen humor disfruten todos sin tener que hacerlo a escondidas. Si el descarriado PAPITU, entre tanto, sienta cabeza, volverá y se le recibirá como a un hijo “prodigio”. Y si no tiene arreglo, aquí queda PAKITU, servidor de ustedes.”).

Pakitu mantuvo su determinación de no caer en verdositats (contenidos verdes, es decir, eróticos) en los primeros números, pero poco a poco, con mucha prudencia, volvió al estilo de su antecesor sancionado. A pesar de ello, Pakitu logró superar la censura militar, que autorizaba su libre circulación, tal como el semanario se cuidaba de divulgar en un recuadro situado de manera bien visible en un pie de página.

Del aspecto gráfico se encargaban Alfred Pascual Benigani, Valentí Castanys, Regino Bernad, Joan Pérez del Muro, Eduard Serra, Josep Altimira (Oxymel), Ramon Roqueta, Ricard Opisso (Bigre), Jaume Juez (Xirinius), Ferran Bosch, Manuel Garrido y otros colaboradores profesionales y espontáneos, mientras que en los textos destacaba Antonio Rué Dalmau que, bajo el pseudónimo Buendía y Gassol, confeccionaba la sección El Día Bético, una imitación de gacetilla periodística que incluía sucesos redactados en un castellano repleto de catalanadas. Así, en el número 40 del 2 de julio de 1924 se decía: “Ayer, en la Avenida Petritxol, un perro se abalanzó sobre el conocido prestamista don Dimás Ladrón, resultando con una mossegada en la oreja de pronóstico público (el perro, ¿eh?). El pobre animal (el prestamista) fue auxiliado en el Bar Tolillo, de la cantonada”.

La dictadura primoriverista duró hasta 1930, pero la situación anómala de Pakitu, el hermano menor, supliendo la ausencia del hereu (heredero) no se alargó tanto, y después de 159 números, un 13 de octubre de 1926, la publicación sustituta anunciaba alegremente que su final había llegado porque el familiar querido había resucitado: "Tot bé que arriba en aquest món! El gloriós, benemèrit i engrescador PAPITU, després d'una perllongada absència, farà, el proper dimecres, la seva sensacional reaparició a Barcelona, i, com és natural i lògic, el seu company i substitut Pakitu li cedirà el lloc amb aquella alegria. El número de resurrecció del Papitu vindrà a demostrar que és més viu que mai i que ve amb ganes d'armar gresca. Estarà dedicat a l'obsessionant Charlestón i hi col·laboraran firmes d'upa i ninotaires de preu. La coberta serà a dues tintes i tot farà recordar aquell Papitu d'altres temps, que torna a la palestra més trempat que mai i amb una empenta que «atropella». Compreu des de la setmana que ve Papitu” (“¡Todo bien llega a este mundo! El glorioso, benemérito y entusiasmador PAPITU, después de una larga ausencia, hará, el próximo miércoles, su sensacional reaparición en Barcelona, y, como es natural y lógico, su compañero y substituto Pakitu le cederá el sitio con aquella alegría. El número de resurrección del Papitu vendrá a demostrar que está más vivo que nunca y que viene con ganas de armar jaleo. Estará dedicado al obsesionante Charlestón y colaborarán en él firmas de aúpa y dibujantes de precio. La cubierta será a dos tintas y todo hará recordar aquel Papitu de otros tiempos, que vuelve a la palestra más simpático que nunca y con un brío que «atropella». Comprad desde la semana que viene Papitu.”).