Washita Tomos 1-5 de 5

El equilibrio de las cosas parece haberse roto: las presas de los cazadores están enfermas y, a pesar de las oraciones de todos, aumentan las tensiones entre los miembros de la tribu Cherokee de Ani-Yunwiya. Equani, el más fuerte de los hombres, es el encargado de encontrar la solución a estas desgracias, va en busca de Washita, un espíritu que conoció en sus sueños. Continuando su viaje hacia el oeste, donde cree haber detectado la causa de la enfermedad que está diezmando la fauna y la flora del este, Equani descubre que el mal se extiende mucho más allá de su país. Perseguido por un rival decidido a eliminarlo, el joven cazador también es acosado por varios animales para quienes él es la única posibilidad de escapar de la epidemia. En un pueblo cuyos habitantes, casi todos infectados, han sufrido un violento ataque, Equani accede a llevarse a la nieta del cacique, la última esperanza de supervivencia de su pueblo… ¿Podría la búsqueda de Equani llegar a su fin? Buscando salvar a la pequeña Cheeluh del mal que la está carcomiendo, el orgulloso guerrero llega al pueblo de Washita. Washita, , ¡la razón secreta de su viaje! Los amantes finalmente pueden cumplir su sueño. Pero la pesadilla acecha no muy lejos de ellos. Y esa extraña poción negra consumida por todos los habitantes del pueblo, sin duda, no le es ajena… Es hora de que Equani salga de la tierra de los sueños y alcance el verdadero objetivo de su viaje: los dioses sabrán recordárselo. ! Habiendo ido en busca de Cheeluh, Equani encontrará mucho más que su pequeña protegida. De hecho, su breve encuentro con Awi-Usdi, el dios de los ciervos, revela nada menos que el destino que aguarda a los humanos: ¡la guerra! Cuando regresan, la alegría de Washita es efímera: su tribu está contaminada por el mal que la carcome, y tendrá que ser exorcizada, de una forma u otra. ¿Ha encontrado finalmente al hombre de sus sueños solo para verlo asumir su destino como guerrero? Mientras los dioses se preparan para declarar la guerra a los hombres por propagar la enfermedad, Equani hace lo impensable: ¡interrumpe su consejo para pedir cuentas a Inadu, diosa de las serpientes! Pero, a pesar de sus revelaciones, algunos de sus compañeros deciden entrar en batalla. En vano… el equilibrio ya se ha roto y la Tierra amenaza con desgarrar el pueblo de Washita merced a las fuentes del mal. Para salvar a hombres y animales, Equani ahora debe comprender el significado de sus visiones… y aceptar las consecuencias.